El castillo se construyó inicialmente en el siglo XII y se considera una propiedad histórica de gran importancia para el patrimonio escocés. Tras una turbulenta historia y numerosas reformas, el castillo se convirtió en un hotel de lujo en 1959, ofreciendo a sus huéspedes el escenario más idílico para pasar unas vacaciones de lo más relajantes y agradables en la campiña escocesa.